sábado, 19 de noviembre de 2011

20 N - El Franquismo a través del retrovisor.

El problema de los acontecimientos históricos es que debe pasar mucho tiempo para que puedan ser estudiados con objetividad y sin injerencias sentimentales o intereses político-económicos de por medio. A Napoleón se le estudia con bastante objetividad; vivió hace doscientos años. Sin embargo, existen muchos acontecimientos más recientes (como la Guerra Civil española o la II Guerra Mundial) sobre los que aun se cierne una manta de censura, desinformación y subjetividad, puesto que estos hechos históricos están todavía hoy envueltos en una red de poderosos intereses y sentimentalismos de carácter irracional y cuasi-religioso.

Actualmente, el franquismo es sin duda de los mayores tabúes del 15-M y otros grupúsculos residuales de la extrema izquierda que intentan secuestrar el sentimiento popular de indignación. Pero mirando hacia el siglo pasado con la objetividad de quienes nunca vivieron a Franco y sólo juzgan los hechos, encontramos que el franquismo tuvo tics económicos claramente socialistas (de hecho, mucho más que el actual gobierno del PSOE), además de actuaciones nacionalistas y anti-globalización:

No reconocer al Estado de Israel. Abstenerse en 1948 de votar en la ONU sobre la formación de dicho Estado. Esto le costó a España que Israel presionase a los angloamericanos para invadir nuestro país después de la II Guerra Mundial.

Saltarse el bloqueo a Cuba. ”Quien posee la isla de Cuba tiene la llave del Nuevo Mundo”, decía Felipe II. España fue el único país del mundo que violó el embargo internacional sobre La Habana, mandando víveres a Cuba. Esto nos costó un barco atacado y tres marinos muertos por fuerzas anticastristas sostenidas por la CIA. En 1975, Fidel Castro decretó tres días de luto cuando murió Franco (cosa que no hizo cuando murió Mao Zedong), y en 1992, visitó al político ex-franquista Manuel Fraga en su pazo gallego. Fidel Castro incluso ha declarado que “Franco se portó espléndidamente con Cuba. La posición de Franco fue intachable”. Los perroflautas que llevan camisetas del Ché tampoco saben que Ernesto Guevara visitó Madrid durante el franquismo. Estos curiosos lazos con la Cuba socialista, que evidencian que la geopolítica a menudo supera a las ideologías, nunca son recordados por la actual “izquierda” española. Mucho después de la derrota de 1898 a manos de Estados Unidos, España puede ejercer un contrapeso al poder norteamericano en Iberoamérica, y si no lo hace, se debe a la pérdida de nuestra soberanía nacional. La “leyenda negra”, propagada por la anglosfera, es un intento de recortar los tentáculos geopolíticos españoles en Ultramar, para dejarle manos libres a Washington en su aplicación de la Doctrina Monroe: “América para los (norte)americanos”.

Apoyo a los países árabes enfrentados con Israel. La España franquista mantuvo cordiales relaciones diplomáticas con Estados árabes asociados con la URSS ―como Egipto, Siria, Líbano, Iraq, Libia y Jordania―, llegando a suministrar armas a algunos de estos regímenes. En los años 50-60, Hispano-Aviación vendió reactores de combate (Saeta) y cazas supersónicos (HA-300) al Gobierno egipcio, y todavía en pleno 1983, la española ENASA le vendió a El Cairo infinidad de camiones militares, autobuses y blindados (BMR). También es un hecho muy poco conocido que, en 1974, Franco condecoró con la Gran Cruz de la Real Orden de Isabel la Católica al mismísimo Saddam Hussein. Las buenas relaciones entre el franquismo y los diversos socialismos árabes llegaron a preocupar seriamente al Secretario de Estado norteamericano, Henry Kissinger, que buscaba sostener la “atlanticidad” del Mediterráneo a través de Gibraltar, Marruecos, Malta, Chipre, Turquía e Israel.

Negarle a Estados Unidos el uso de sus bases militares en España durante el conflicto israelí con los árabes (Guerra del Yom Kippur) en 1973. Esta guerra causó un embargo petrolero, una grave crisis financiera y escasez de combustible en los mercados occidentales, suponiendo el fin de la era del petróleo barato.

Creación de la JEN (Junta de Energía Nuclear, actual CIEMAT), para lograr un Estado soberano en lo energético, siguiendo el ejemplo de la Francia de De Gaulle. Además, Franco jamás firmó el Tratado de No Proliferación nuclear. Esto, la crisis árabe, las buenas relaciones con Cuba y las pretensiones con la bomba atómica, le costaron la vida a Carrero Blanco. Su asesinato se realizó por medio de Henry Kissinger, la CIA, ETA, la embajada estadounidense y una base militar norteamericana. La agencia soviética TASS, que no puede ser acusada de franquista, informó que “la CIA ha asesinado a un político franquista de tendencia nacionalista que se niega a entrar en la OTAN y a cumplir ciegamente las órdenes de Washington”. Por aquel entonces, los estadounidenses sabían que España estaba a 10 años de conseguir “la bomba”, pero que con ayuda de Francia (otra potencia que no había firmado el Tratado de No-Proliferación), podía tenerla en dos años. España (después de Francia, el segundo país de Europa con mejor acceso a materias primas necesarias para fabricar la bomba atómica) planeaba detonar una bomba en el Sahara Occidental, como prueba y como advertencia, tanto a Marruecos como al eje atlantista. La última oportunidad de España de ser potencia nuclear se perdió el 23 de Febrero de 1981, con la intentona del golpe de Estado y la firma de un acuerdo con la Organización Internacional de Energía Atómica. Felipe González firmaría el Tratado de No-Proliferación en 1987.

Denunciar a la masonería y al sionismo como causantes de buena parte de la discordia en el mundo.

Mantener el Sahara Occidental lejos de la zarpa de las potencias atlantistas. Esto duró hasta que Hassan II, con ayuda de la CIA, lanzó la Marcha Verde, mientras Franco yacía moribundo en un hospital. El mundo guarda completo silencio hasta hoy ante los atropellos de los tan cacareados “derechos humanos” en el caso del pueblo saharaui. La soberanía marroquí sobre el Sahara Occidental no está reconocida por ningún Estado, pero sigue vigente de facto y forma parte de los inquietantes conflictos no-resueltos que salpican la geografía del mundo.

Apoyar a los bereberes rifeños durante la revuelta del Rif en 1958, en la que la población local, inspirada por Franco y el líder egipcio Nasser, se alzó contra las tropas marroquíes. La revuelta fue sofocada con ayuda francesa y napalm, fósforo blanco, bombas de fragmentación, limpiezas étnicas y torturas. Finalizó con ocho mil muertos y décadas de salvajes represalias por parte de la monarquía alahuita.

Identificación del Estado con una ideología (el nacional-catolicismo, con influencias falangistas y nacional-sindicalistas) que, con todos sus defectos y miopías, al menos proporcionaba un mínimo de cohesión social.

Autarquía. Crear infraestructuras agrarias, ganaderas e industriales, con vistas a convertir a España en un país autárquico no-dependiente de la red global. Aunque la “etapa autárquica” finalizó teóricamente en 1956, España siguió manteniendo una autarquía muy superior a la que tiene ahora.

Nacionalización de grandes empresas y recursos estratégicos. Petróleo, telefonía, electricidad, telecomunicaciones y otras empresas de sectores estratégicos, en manos nacionales (Repsol, Renfe, Telefónica, Unión Fenosa, Endesa, Iberia, TVE, RNE, Banco Central de España, etc.). Plan de estabilización de 1959, con la creación de compañías industriales como PEGASO y SEAT (gracias a esto, Japón fue el único país del mundo que superó a España en crecimiento económico de 1959 a 1974, y España llegaría a ser la novena potencia económica del mundo). Durante el Felipismo, se comenzó a privatizar estas empresas, luego con el Aznarato el proceso se aceleró, y ahora con el hundimiento económico de España, cabe esperar que las privatizaciones se generalicen (como la venta de las loterías del Estado a la familia Rothschild en 2010). Esto equivale a una privatización de las ganancias y una socialización de las pérdidas, ya que estas empresas reparten sus beneficios a los accionistas y sus pérdidas al resto de la sociedad.

Ayudas públicas: seguridad social, pagas extra, trienios, vacaciones pagadas, Instituto Nacional de la Vivienda, Ministerio de Vivienda, indemnizaciones por despido, contratos fijos, etc. Las políticas sociales y laborales del franquismo, su doctrina de “pan y trabajo”, crearon a la clase media española, la misma que está siendo ahora liquidada por la crisis. Actualmente se usa al erario público para financiar a la banca privada, pagar deudas internacionales y mantener a criminales, banqueros, inmigrantes, políticos, gitanos, megaempresarios y otros parásitos sociales.

Apoyo a la familia. Incentivos a la natalidad, préstamos por nupcialidad, premios a familias numerosas, propaganda a favor de los hijos y de los valores familiares. Con ello, se cimentaban los lazos del individuo con sus propios semejantes y se construía un bastión cerrado ante el avance de los valores individualistas y egoístas del capitalismo neoliberal.

Servicio Militar Obligatorio. Institución donde se mezclaban personas de todos los orígenes, condiciones y extracción social, y donde más de un pijo tuvo que agachar la cabeza ante algún sargento hijo de labradores. El SMO mantenía un lazo entre el pueblo español y las Fuerzas Armadas, lo cual garantizaba que las FAS nunca se volviesen en contra del pueblo. Éste es el motivo por el que el comunista español Julio Anguita fue de los pocos hombres que se opusieron a la profesionalización del Ejército.

El problema de la oligarquía española. Es cierto que durante el franquismo prosperó la actual oligarquía económica, pero esta oligarquía —que siempre se ha adaptado a los tiempos para seguir beneficiándose— ya existía antes del franquismo, sigue existiendo ahora y seguirá existiendo después indefinidamente, a menos que se opere una revolución total del sistema económico y de nuestra escala de valores. Las castas económicas son muy endogámicas y tienden a ponerse siempre del lado del ganador, intentando seducirlo, como hizo siempre la Iglesia a lo largo de la historia. Esta táctica pelotillera y diplomática es lo único que les garantiza a este tipo de instituciones (Mercado, Templo) el sobrevivir a las guerras y a los cambios de régimen (Palacio). Por poner un ejemplo, el grupo PRISA de Polanco fue pro-franquista durante el franquismo, anti-franquista ahora, y en el futuro será lo que desee el régimen de turno, con tal de que a cambio pueda mantener su negocio en marcha.

Fuente: Blog Europa Soberana – Crisis Española
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