¡Voluntarios españoles!
¡Soldado de honor de mí Patria!
En uno de los momentos más felices de nuestra vida y ante las gloriosas banderas de Alemania y España, habéis jurado morir antes de tolerar que la barbarie bolchevique prosiga aquella obra de odio y destrucción que ensangrentó nuestra Patria y que hoy, criminalmente pretende imponer a toda Europa.
Frente a esa obra brutal y materialista, que a fuerza de heroísmo está rompiendo el Ejército alemán en la más grande batalla que registra la Historia, vosotros, voluntarios españoles, lo mejor y más selecto de mi raza, os habéis alzado gallardamente y, abandonando cuanto os era más querido, las aulas de vuestras universidades, vuestros talleres y vuestros campos, anudando el corazón y dejando a vuestras santas madres, os lanzáis resueltamente al combate, en el que seguros de la victoria y en abrazo estrecho con vuestros camaradas alemanes, no aspiráis a conquistar riquezas ni botines y sí sólo a destrozar ese monstruo, azote de la Humanidad, y a que en su propia guarida, allá en las estepas siberianas, al lado de los alemanes, unas modestas tumbas españolas, regadas con sangre joven, fuerte y vigorosa, proclame al mundo entero, con la fraternidad de esos dos pueblos, la pujanza de nuestra raza.
Estas, sólo éstas, mi general, son las ilusiones que el Ejército español, enriquecido con la potente savia de la Falange, ha traído a vuestras tierras.
Decidle al Führer que estamos listos y a su orden, decidle el juramento prestado, y decidle, en fin, que lo que mi pueblo jura lo cumple.¡Soldados de España! por mejor servir a Franco y con la memoria puesta en los que al luchar cayeron dándolo todo por la Patria, gritad conmigo.
¡Viva el Führer!
¡Viva el Ejército alemán!
¡Viva Alemania!
¡Soldado de honor de mí Patria!
En uno de los momentos más felices de nuestra vida y ante las gloriosas banderas de Alemania y España, habéis jurado morir antes de tolerar que la barbarie bolchevique prosiga aquella obra de odio y destrucción que ensangrentó nuestra Patria y que hoy, criminalmente pretende imponer a toda Europa.
Frente a esa obra brutal y materialista, que a fuerza de heroísmo está rompiendo el Ejército alemán en la más grande batalla que registra la Historia, vosotros, voluntarios españoles, lo mejor y más selecto de mi raza, os habéis alzado gallardamente y, abandonando cuanto os era más querido, las aulas de vuestras universidades, vuestros talleres y vuestros campos, anudando el corazón y dejando a vuestras santas madres, os lanzáis resueltamente al combate, en el que seguros de la victoria y en abrazo estrecho con vuestros camaradas alemanes, no aspiráis a conquistar riquezas ni botines y sí sólo a destrozar ese monstruo, azote de la Humanidad, y a que en su propia guarida, allá en las estepas siberianas, al lado de los alemanes, unas modestas tumbas españolas, regadas con sangre joven, fuerte y vigorosa, proclame al mundo entero, con la fraternidad de esos dos pueblos, la pujanza de nuestra raza.
Estas, sólo éstas, mi general, son las ilusiones que el Ejército español, enriquecido con la potente savia de la Falange, ha traído a vuestras tierras.
Decidle al Führer que estamos listos y a su orden, decidle el juramento prestado, y decidle, en fin, que lo que mi pueblo jura lo cumple.¡Soldados de España! por mejor servir a Franco y con la memoria puesta en los que al luchar cayeron dándolo todo por la Patria, gritad conmigo.
¡Viva el Führer!
¡Viva el Ejército alemán!
¡Viva Alemania!
Agustín Muñoz Grandes, ¡PRESENTE!
ResponderEliminar"La sangre de los héroes llega más cerca de Wotan que la plegaria de los santos. El héroe guerrero necesita en especial del honor y de la lealtad, del poder de la fe , perseverando en la fe, hasta que el Vril "cree la cosa contemplada"
(Miguel Serrano)